MÓNACO
2007
La
historia de hoy narra una batalla sin tregua que vivieron los dos
pilotos de Mclaren del nefasto año 2007 en el trazado monegasco, esa
carrera fue importante por varios motivos, entre los cuales se
encuentran la brutal victoria de Alonso por delante de su compañero
desbocado de forma innecesaria a por una victoria que era casi
imposible de lograr.
El
sábado Fernando conseguía la importante pole por aproximadamente
décima y media por delante de su sorprendente y competitivo nuevo
compañero de aquel año. Aunque era previsible otra batalla a lo
grande entre los dos, a los cuales ya los estaban comparando con
otras grandes parejas del pasado, nadie era capaz de predecir lo que
ocurriría a partir de esta carrera que marcó el resto de la
temporada.
Alonso
salió bien aunque el inglés intentó rebasarle pero no lo logró.
Felipe Massa les seguía por detrás. Montecarlo es difícil, un
circuito urbano donde las barreras estan a centímetros
constantemente, donde un error suele ser la pérdida de bastante
tiempo y que muchas veces hace que termines la vuelta clasificatoria
o la carrera en ese mismo momento.
Los
Mclaren habian estado teniendo más ritmo durante todo el fin de
semana y eso lo demostraron con gran poderío durante la carrera,
vuelta a vuelta, a lo largo de los 78 giros de duración.
La
carrera fue una constante carrera de fortaleza mental, física y de
atención al mínimo detalle, pues Alonso, primero durante los 78
giros, no dio opción alguna a su compañero, que arriesgó para
intentar pasarle, prácticamente rozando a veces el tren trasero de
su compañero e incluso las barreras intentando rascar esas milésimas
que le acercaran al asturiano y le dejaran el paso adelante para la
primera posición.
No
sucedió en ningún momento a pesar de que tiró de tal manera que
podía poner en riesgo el doblete de Mclaren porque si se pasaba de
frenada, por ejemplo, podía chocar con su compañero y tirar por la
borda el magnífico trabajo del equipo angloalemán durante el fin de
semana.
Sacaron
69 segundos al tercero clasificado, un Ferrari, el de Massa, que nada
pudo hacer ante el ritmo impuesto por los Mclaren. Lewis se enfadó
tras esa carrera pues acusó sin justificación alguna a su propio
equipo de perjudicarle para que no ganara, acusaciones muy tempranas
para lo que había disputado de mundial.
Alonso
fue un muro infranqueable que desquició al inglés pero tenía de su
parte la alta dificultad para adelantar en Mónaco que unido a sus
fortalezas al volante le hicieron imposible de pasar.
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