El joven español que ha recalado en Toro Rosso tras pasar por las WSR está más que contento y satisfecho de haber logrado para lo que lleva trabajando toda su vida, ser piloto de Fórmula 1.
Aunque tardó en saberlo por fin su sueño se hizo realidad.
Su coche fue presentado ayer en Jerez y habló de varios temas, entre otros su nuevo compañero, la temporada que está a punto de comenzar, el coche o los cambios que ha notado de la anterior categoría a esta.
Respecto de su compañero, dice que es una buena persona, que no había coincidido demasiado con él pero que ya han hablado y han comenzado una amistad dentro del equipo. Piensa que será competitivo y que será divertido luchar contra el joven Verstappen.
Cuando habló de su nuevo coche, señala que fue a verlo a la fábrica, al túnel de viento y lo que más le gustó fue ver el optimismo de todos los trabajadores respecto del nuevo proyecto, del STR10.
Todos se han contagiado de la alegría de poder hacerlo bien un año más puesto que según palabras de Carlos ya en Jerez "el año pasado fue duro para Toro Rosso". El madrileño comentó que tenían un coche para estar en Q3 con frecuencia pero los problemas de fiabilidad y otros no se lo permitieron.
Este año todos confían en que el motor, un área que preocupa a Carlos, no sea deficitaria y pueda propulsar al equipo a posiciones más acordes al supuesto rendimiento del coche.
Carlos reiteró la siguiente frase "es importante que el coche nazca bien", con ello se refirió que aunque los equipos este año no tendrán pruebas en Baréin, un circuito que gracias al calor permitía testar los coches más a fondo, supuso un revés a los planes de todos las escuderías en cierto modo.
El piloto de Toro Rosso subrayó esa frase porque es consciente de que en 2014 el coche no era malo y si consiguen una base para el nuevo monoplaza, tienen posibilidades de, a partir de las evoluciones del coche, tener más rendimiento y más opciones de cara a pelear con los rivales a su altura.
También resaltó la belleza del coche, que ha aumentado respecto del año pasado, ambos pilotos, Max y Carlos, destacaron que el morro tiene un diseño "más agresivo", creen que ofrecerá más rendimiento.
El hijo del gran piloto de rallies, particularmente dice que no está pensando en qué debe exigirse esta temporada, que sólo piensa en acumular el mayor kilometraje posible y aprender, sobre todo coger experiencia.
También habló sobre el cambios de las WSR a la F1 y señala que no hay tanto cambio porque en el equipo que estuvo en la otra categoría el enseñaron a ser un profesional y que el cambio a la categoría reina ha venido tan deprisa que ha tenido que adaptarse lo más rápido posible sin pararse apenas a pensar en lo que estaba ocurriendo. Valora positivamente, por supuesto, todo lo que le está ocurriendo.
También está contento con su ingeniero, Marco Matassa, ex ingeniero del ruso Kvyat, el que ocupaba uno de los dos asiento en Toro Rosso en 2014 y de Ricciardo hace dos años.
Añadía que ha entrenado mucho, durante tres semanas, a fondo para prepararse para este exigente mundial y admite que hubo presión en el pasado por tener un apellido famoso pero cree que tanto su compañero, Verstappen, como él ya lo han superado y se centran en quienes son ellos mismos y cual es su trabajo.
El nuevo piloto de Toro Rosso español cree que la Fórmula perdió algo de respeto por la falta de velocidad pero piensa que en la primera mitad de la temporada va a haber un incremento serio de la misma respecto de 2014.
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