domingo, 7 de diciembre de 2014

Relatos F1, quinta parte.

SINGAPUR 2010

Bajo la noche, el ruido y el sonido potente de motores pasando rápidos como balas por la recta de meta en un circuito estresante, difícil y largo a la parte que divertido y emocionante se desarrolla el espectacular gp de Singapur.

El de esta ocasión tuvo como protagonistas a dos pilotos: Vettel y Alonso. Se puede decir que fue una batalla “ a saco” como se suele decir por la pole y el domingo por la victoria. Y nada más lo define mejor, porque la pole de esa carrera se la llevó el ovetense por 67 milésimas de ventaja, lo cual es un mínimo error en cualquier curva del circuito.

Pero el esfuerzo monumental no terminó ahí porque el domingo bajo los miles de focos que iluminaban la silueta del circuito singapurense, quedaban por disputar 61 interminables vueltas que vaya si se hicieron largas.

Cuando la salida se dio Alonso partió bien y Vettel también pero los primeros metros ya eran un anticipo de lo que faltaba por llegar. El líder del mundial en ese momento era Lewis Hamilton, que con esta sumaría dos abandonos seguidos que le eliminarían de la lucha por el mundial, dos abandonos muy desafortunados que le pusieron en bandeja la disputa por el mundial a Vettel y Alonso.

La carrera fue un absoluto Vettel-Alonso incesante curva a curva, vuelta a vuelta, centímetro a centímetro porque no hubo un solo momento en el que Alonso consiguiera deshacerse de Vettel en la distancia almenos, lo tuvo toda la carrera como un moscardón detrás de la oreja esperando un único error, uno solo, que no se produjo en casi dos horas de carrera.



Ni un sólo resquicio, ni una grieta, nada a lo que el alemán pudiera agarrarse y pasar. Fue un auténtico calvario para Alonso que contaba con la cierta ventaja de saber que en Singapur es difícil adelantar por el carácter urbano de la pista y los muros tan cerca, además el incesante calor dentro del habitáculo hace más difíciles las carreras hasta el punto de que ha habido pilotos que han dicho por radio que no podían continuar conduciendo de forma segura y que preferían abandonar la carrera.

Una auténtica lucha psicológica por tenerlo detrás forzándole a cometer un error, el notavo, el que había llegado a la F1 hace apenas 2 años y medio, que en 2009 esttuvo a punto de ganar el mundial pero que por errores propios no se lo llevó y que en 2010 aún no había sido capaz de ponerse líder del mundial, el que se estaba erigiendo protagonista de la F1, no estaba pudiendo con un veterano y experimentado piloto como Alonso, con unos cuantos kms a sus espaldas y buenas clases de conducción.

El ovetense aguantó como un muro infranqueable todo lo que le echaron y no dio ni una sola oportunidad a Sebastian Vettel que seguramente se acabó desesperando después de tantísimo tiempo detrás del asturiano sin ser capaz de ganarle la posición.

Un pedazo de Grand Chelem que se llevó el español, trabajado desde el minuto 1 de la clasificación hasta el último metro de la carrera con susto incluído de la humareda de la barbacoa de un Caterham que impidió ver con claridad la pista en los últimos momentos.


Pasó volando la línea de meta y alzó victorioso el brazo sabiendo el pedazo de resultado que había logrado y contra quien. Cansado e iluminado por los focos de Singapur levantó el trofeo que le acreditaba como claro ganador de la prueba y dejó en las retinas de los aficionados una carrera para el recuerdo por su dureza, su duración y su intensidad de principio a fin.

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