martes, 30 de diciembre de 2014

Relatos F1, séptima parte.

ESPAÑA 2013

La afición española destaca por ser una de las mejores del mundo y en Fórmula 1 todavía más. Desde que Fernando Alonso comenzara a triunfar en este complicado deporte y nos regalara poles, victorias y vueltas rápidas, esta afición, llamada “marea azul” cuando militó en Renault y cuyo nombre se ha quedado para la posteridad, ha ido en aumento y ha disfrutado como nunca de sus éxitos. En este día tendrian mucho que celebrar.

El sábado se clasificaba quinto, posición a la que ya estamos acostumbrados desde hace años y dejaba un buen sabor de boca porque el Ferrari no iba nada mal y podíamos vivir una buena carrera. Su compañero sexto, sólo una milésima por detrás, pero saldría 9º.

La salida de los primeros fue regular, Vettel consiguió colocarse segundo tras la primera curva y Fernando se había tirado por la izquierda de la pista. Pasada la primera curva obró un milagro casi imposible que sólo a base de manos prodigiosas y siendo calculador en la salida se consigue: logró adelantar en una sola maniobra, por el exterior de la curva 3, una curva en apoyo, yéndose apenas por fuera unos metros a Hamilton y Kimi.

Mientras realizaba este pedazo de adelantamiento la grada rugía con la magia de su ídolo, que una vez más, había logrado hacer algo que pocos consiguen y para lo que además hay que tenerlos bien puestos.

La carrera, planteada a 4 paradas por el asturiano fue una demostración de táctica (de las pocas veces que Ferrari acierta en la estrategia debe admitirse), ritmo, regularidad y adelantamientos en los momentos clave. Vettel, el que sería el rival del mundial, terminó cuarto, el brasileño, compañero de Alonso, tercero, Kimi, piloto de Lotus entonces, segundo.



El GP de España suele destacar en el calendario desde hace años como una de las pruebas más especiales de todas en cuantas se corren durante la temporada, a la marea azul podría comparársela con los fans de Senna entonces o en Alemania con Schumacher.

Son aficiones que crean tendencia por la fuerza, la pasión y la emoción que transmiten, elementos indispensables para que una afición sea poderosa. Alonso y sus seguidores son uno solo carrera tras carrera, totalmente compenetrados.

Pero esto no es nuevo, ya en 2004, cuando Alonso ya había brillado suavemente en el mundial de F1, se veía a españoles por todas partes, deseosos de apoyar a su ídolo hasta que cruzara la meta, victorioso o no. Eso es una afición, eso la hace especial, el apoyo incondicional a su líder.

Como decía, las carreras en España son puro espectáculo, ya no solo por lo que la prueba pueda ofrecer en sí, si no porque existen una marea humana cuyo práctica en la Alonsomanía, que exhiben banderas de Asturias, de España y del color que Fernando vista esa temporada, sólo que la azul fue la más representativa porque es cuando más éxitos nos llevamos en su trayectoria profesional.

Si a la simple esencia de la F1 como deporte internacional le sumamos el gp de España que siempre es especial y a esa ecuación le sumamos un Alonso victorioso se obtiene un resultado magnífico que nos hace vibrar a todos de emoción, que nos gace gritar, que no hace llorar, que nos hace amar la Fórmula 1 con todas nuestras fuerzas.

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