miércoles, 14 de enero de 2015

Relatos F1, novena parte.

MONZA 2010

En este día se disputó una carrera en territorio italiano, concretamente en Monza, el templo de la velocidad, donde gran parte de la vuelta es con el pedal del acelerador pisado a fondo y donde se alcanzan las máximas velocidades de la temporada.

El sábado un español, rápido y contundente se hizo con la pole, hablo como no puede ser de otra manera de Fernando Alonso que se impuso al británico Button en la clasificación por 122 milésimas. La salida no fue buena para Fernando porque perdió posición con Button aunque no perdió más puestos y esto no le penalizó tanto de cara a la posible victoria final.



Alonso estuvo acosando al inglés durante buena parte de la carrera y ya que las carreras en Monza no son excesivamente complicadas en cuanto a estrategia, una sola parada permitió realizar la carrera sin problemas. El español se dio cuenta de que no estaba pudiendo adelantarlo a pesar de que no paraba de intentarlo y entonces decidió cambiar de táctica, una que él sabe realizar a la perfección: esperar, distanciarse de su adversario unos dos segundos para no aspirar aire sucio contínuamente y de esa forma ser paciente hasta la parada de boxes.

35 vueltas tuvo que esperar el español hasta que el inglés se metió en la calle de boxes a realizar la parada obligatoria, entonces Alonso tiró como un poseso para reducir primero la distancia que se había permitido perder para cuidar su mecánica y segundo, recuperar algo en boxes para poder adelantarlo.

Tan sólo unas vueltas después entró él, era un momento de tensión, como sólo las paradas en boxes saben serlo de verdad porque el mínimo error en cualquier ejecución de cualquier mecánico le podía hacer perder décimas que en este deporte se convierte en pérdida de posición y de victoria.

La ejecución de la parada fue rápida y perfecta, como cabe de esperar de Ferrari, Alonso enfilaba el carril para salir del pit-lane y la cámara mostraba cómo Button, que venía veloz, aparecía por la pantalla dispuesto a lanzarse cual lobo hambriento a por esa primera posición.

Llegaron emparejados a la primera chicane y aunque Fernando se coló en la entrada y se le fue el tren trasero en la segunda parte, logró retener a Jenson en la segunda posición. Gracias además a la limpieza del británico (rasgo que siempre le ha caracterizado) fue una lucha divertida.

Entonces Button, que no había logrado su objetivo tenía que aprovechar ahora que Alonso necesitaba calentar sus ruedas para atacarle de nuevo. La segunda parte llegó inmediatamente después de la gran curva, lo intentó por fuera pero su coche no cabía por ahí y decidió no arriesgar.

Así se mantuvo la situación hasta la vuelta 53 cuando el español cruzó la meta victorioso después de una victoria más que sudada contra un más que digno adversario, un fin de semana en el que batió a todos sus rivales. No sólo fue especial por eso, si no por que además, ganó ante los tifosi en su casa a la primera oportunidad y fue un día realmente especial para la familia Ferrari.




Jamás olvidará ninguna de las dos partes ese día, cómo la marea roja, con esa bandera gigantesca gritaba su nombre y todos saltaban ante el nuevo ídolo que había aparecido para devolver a la Scuderia a la cumbre de la F1.

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