miércoles, 18 de marzo de 2015
Se cae uno de los pilares del automovilismo en la F1.
Se veía diciendo, podía suceder, había riesgo, las pruebas alemanas no están en el mejor momento financiero y ha sucedido.
Alemania no tendrá gran premio, ni en Nürburgring ni en Hockenheim, donde se corrió el año pasado y Rosberg venció de forma autoritaria.
Alemania es uno de los países europeos que están perdiendo audiencia a pasos agigantatos y no sólo eso, la RTL, cadena que retransmite F1 allí no quiere seguir pagando las cantidades que abona para poder contar las carreras a los aficionados.
En Europa en general están bajando las audencias por culpa de una Fórmula 1 aburrida en la que sólo dos coches, con una diferencia bestial, se están adjudicando las victorias, las poles y los títulos y sólo acaba de comenzar.
Sorprendieron ganando casi todas las carreras el año pasado y la conclusión tras Australia es que este año poco menos deberían conseguir.
Red Bull, enemigo directo de Mercedes, que ahora mismo no atraviesa su mejor momento, se queja amargamente de que la ventaja de Mercedes no es sana para la F1 pero lo cierto es que cuando el imperio austríaco ganaba carreras como quería, esa distancia también existía.
Esto provoca que los aficionados ya no sientan las mismas ganas de sentarse frente a televisor, encenderlo y disfrutar viendo carreras competidas, porque eso precisamente es lo que este deporte no les está dando.
Esto ya ha pasado antes durante períodos como el que Red Bull tiranizó, equipos que eran muros inquebrantables, que ganaban carreras a su antojo, esto ya ha pasado antes.
La Fórmula 1 no debe permitirse perder fans, los que mañana acudirán a las carreras, los que recogerán el legado de sus padres, aquellos que comenzaron a verla hace décadas.
La F1, la categoría reina de la velocidad y la tecnología, está perdiendo fuelle, no en cuanto a desarrollo está claro, si no en cuanto a tirón y se ve influenciado por la pérdida de circuitos históricos que han ayudado a construir la historia de la misma a base de carreras para recordar.
Este año ha sido el gran premio de Alemania pero la continuidad del de Italia no está tan clara y podríamos perderlo igual y más después del pulso que mantuvieron los organizadores del mismo con Ecclestone verbalmente diciendo unos que el circuito de Monza puede sobrevivir sin F1 y el británico alegando que este deporte no tiene por qué pasar por allí.
La F1 no vive sus mejores momentos, necesita vitalidad, emoción, necesita un lavado de cara pero es un negocio al fin y al cabo y si algo no va a aportar dinero, se aparta de en medio.
Esta es una triste realidad que siempre se dará y ojalá que no perdamos más pilares del automovilismo.
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