Sin
duda alguna esta carrera es recordada. ¿Por qué?, ¿por qué ganó
Alonso?, ¿por qué Singapur es un circuito durísimo que no perdona
ni un solo error?, ¿por qué la ciudad es bella y hay muchos
rascacielos?. Todos recuerdan esta carrera porque pasó de todo.
Es
la carrera del fallo garrafal de Massa, del accidente estúpido de
Raikkonen y del choque intencionado de Piquet contra la barrera para
beneficiar a Fernando, muy a su pesar evidentemente.
Esta
temporada Fernando no tendría las cosas fáciles después de
marcharse muy quemado de Mclaren, él ya sabía que no era un
movimiento muy sabio pero en Renault iban a recibirle con los brazos
abiertos.
El
sábado del fin de semana en cuestión Massa logró la pole por más
de medio segundo de diferencia sobre su máximo rival en el mundial,
Lewis Hamilton; por detrás del inglés calificó Raikkonen y en
cuarto puesto se colocó el talentoso Robert Kubica.
Alonso
calificó 15º y sólo fue capaz de pasar la primera parte de la
sesión de clasificación porque la bomba de la gasolina de su coche
dijo basta y tuvo que bajarse del mismo. Se pudo ver por los gestos
que hizo a continuación que estaba muy disgustado por lo acontecido
pero él no tenía ni idea de lo que iba a pasar al día siguiente.
En
la salida Ferrari confió en Raikkonen para colocarse segundo y así
restar puntos a Hamilton en su lucha por el mundial con el brasileño
pero no logró su cometido, se mantuvieron las posiciones. Massa el
primero, el británico el segundo y el compañero finlandés el
tercero.
La
primera imagen de la noche la dio Nelson Piquet Jr cuando a la salida
de la curva 17 su Renault R28 le daba un latigazo importante y se
estrellaba violentamente contra el muro. Bastante trozos quedaron
desperdigados que unido a lo estrecha que es la pista no hizo dudar
demasiado a Charlie y este ordenó la presencia del coche de
seguridad.
Lo
siguiente realmente interesante fue que el SC, al estar unas cuantas
vueltas en pista, provocó que coches como el que pilotaban Massa,
Hamilton y Raikkonen o Rosberg tuvieran que entrar a repostar
obligatoriamente a pesar de saber que iban a ser sancionados.
Fue
entonces cuando Felipe Massa demostró que a veces el nerviosismo le
juega malas pasadas, realmente malas. No supo aguantar la presión de
un pit stop y y provocado en parte por el error del equipo de
permitirle salir cuando aún estaban repostando, arrancó la manguera
y se llevó a algún mecánico por delante.
Esto
lógicamente supuso el fin de la victoria de Massa porque estuvo
cerca de 1 minuto parado a la salida del pit lane mientras esperaba a
que le arrancaran la manguera ya inservible.
Entonces
Alonso se colocó primero, puesto que ya no abandonaría salvo por
una parada en boxes y un Rosberg que gracias a una buena estrategia,
llegó segundo aún con sanción de por medio.
La
carrera del asturiano se convertía en un tirar al máximo para meter
distancia arriesgando la integridad del coche entre muros y sabiendo
que el mínimo error le haría terminar con la barrera.
A
Hamilton seguro que le habría gustado seguirle de cerca pero no pudo
aunque en comparación con Felipe Massa, se llevó unos cuantos
puntos. Raikkonen estrelló su Ferrari a la salida de la triple
chicane que ya no existe por un error de conducción. No mucho más
que decir.
Fue
un fin de semana polémico por el cual Briatore fue expulsado de la
Fórmula 1 de por vida aunque un tribunal francés apeló la decisión
de la FIA y teóricamente podría volver a ejercer su función.
Alonso
ganó el primer gran premio nocturno de la historia, que al margen de
la suerte calculada que tuvo, supo llevar el coche hasta la bandera a
cuadros tras 61 vueltas y vio como fuegos de artificio le recibían y
una bandera a cuadros que confirmaba que bajo la noche, bajo los
focos, bajo miles de flashes, él era el ganador. La vigésima.
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