lunes, 8 de agosto de 2016

F1 GP Alemania: Análisis.

Una nueva carrera ganada por un Mercedes, lo cual no supone ningún elemento distinto del guión de los últimos años.

Pero las cosas fueron muy distintas para sus pilotos. Hamilton salió bien y se dedicó a controlar la carrera como quiso. Rosberg salió mal y en su remontada fue penalizado por echar fuera de la pista a Verstappen.

El alemán lleva una serie de carreras que no da pie con bola, su compañero no sólo le ha recortado puntos, ¡ya está por delante de él por casi una carrera de ventaja en el mundial!, ¿quién iba a decirlo tras el GP de España cuando los dos chocaban y Nico tenía 43 puntos de colchón?

En Mercedes hay una guerra interna que sólo uno puede ganar y de momento, el rey del cuerpo a cuerpo, el de Stevenage, es el que va ganando. Estoy seguro de que su confianza mermó en algún punto de la primera mitad de temporada, es humano al fin y al cabo aunque no lo parezca.

Nico posee una velocidad a una sola vuelta que ya ha demostrado que puede estar por encima de la de Lewis y por supuesto, sabe leer las carreras y controlarlas de forma magistral.

Pero cuando las cosas le van mal, es una catástrofe.

A la casa de estos chicos sin duda lo que más le duele es no estar firmando dobletes, el año pasado, a estas alturas del campeonato tenían 6. El doble de los que llevan.

Por si fuera poca la tensión que hay, ha aparecido un rival incómodo y no está tan lejos: Red Bull.

Los austríacos han superado con creces a Ferrari y luchan por el podio. Ya son la segunda marca en constructores y parece probable que se mantengan ahí con facilidad.

Verstappen ha impuesto su estilo, se acerca peligrosamente al top 3 y es muy constante. Es sin duda una amenaza para el australiano, su compañero de equipo, el cual afirma estar contento con su rendimiento y declara que no se va a dejar pisar por nadie.

El holandés le ha dado picante a las carreras, desde aquel triunfo en Barcelona, el cual nadie habría firmado de haber estado los dos Mercedes en pista, le ha elevado al cielo y ha removido la tierra.

Es el líder de la nueva generación y está sentando las bases de su propio éxito.

Ferrari demuestra que está como estaba cuando Alonso pilotaba para ellos y Fernando, en busca de su tercer título, confirma tras dos años después de haber abandonado Maranello, que no erró en su decisión.

No pisan el podio desde Austria con Kimi, cuando a Vettel se le destrozó aquel neumático en la recta principal.

Marchionne urge cambios, la casa roja se está poniendo nerviosa porque saben que los toritos bravos les han pasado por encima y que se van a ir.

Urgen cambios inmediatos y precisamente esto es lo que les ha llevado al fracaso. La paciencia antes del éxito es lo que parece que no lleven bien y les está pasando factura.

Kimi está por delante de Vettel, del cual desde Italia afirman que no está cómodo en el equipo por el bajo rendimiento

¿Deberían centrarse ya en 2017 y dejar de fantasear con 2016?, quizá por filosofía no deberían ya que es un equipo ganador que nunca da nada por terminado pero si son realistas, se darán cuenta de que el campeonato es imposible.

Acabar el año con honor y lograr al menos una victoria estaría bien, sin duda, pero parece que será más obra de los problemas de los demás que del rendimiento de ese coche.

Quizá 2017, con la nueva reglamentación y un horizonte abierto, les traiga mejores resultados.

Y aunque queda un montón hasta Bélgica, en el circuito de Spa, la "Silly season" dará de sí, con titulares dignos de un mono escribiendo y cerebros recreándose en cosas imposibles.

La batalla está servida.

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