La suerte a veces te da, la suerte a veces te quita. Sólo puedes estar seguro de una cosa, nunca bajes la guardia porque es entonces cuando todo se vuelve del revés, cuando no creías que pasaría nada y sucede.
Todo calmado. Un piloto inglés llamado Lewis Hamilton cabalga sin mirar atrás por las calles de Montecarlo, rápido como sólo su W06 le permite, alejándose más y más de su compañero.
Loews le mira con recelo, ¿por qué vas tan tranquilo? le pregunta, espérate y verás.
Cosas del destino. Más atrás en la carrera Grosjean viaja con dificultad seguido del joven Verstappen, que va también rápido, casi descontrolado, queriendo su posición. Recta de meta, Romain frena, Max... vuela.
En un abrir y cerrar de ojos todo sucede. Las cosas cambian, ese factor con el que no contabas (aunque siendo Mónaco debes tenerlo más presente que nunca) sucede.
Este chico de 17 años vuela contra las protecciones de Santa Devota. Charlie se lo piensa muy poco, VSC. Algunos pilotos entran, para variar su estrategia, para intentar algo distinto.
Por delante nadie... ¡un momento!, Hamilton entra, ¿qué está haciendo?, ¿por qué?, estos neumáticos podrían haberle durado hasta el final. Esa razón que quizá nunca sepamos pero algo sabemos: metedura de pata de Mercedes o quizá exceso de confianza en la competitividad de su bólido.
Sale tercero y no puede pasar a Sebastian, que defiende su posición sin problemas. Rosberg, que ni se lo cree, que no había visto a su compañero en toda la carrera y ahora está por delante de él, a menos de 10 vueltas de ganar. Suerte. Sin duda.
Hamilton hoy tenía razón para estar cabreado, frustrado, malhumorado, irritado, en cólera.
Y lo ha demostrado desde que ha llegado al podio, arremetiendo contra el cartel que indicaba su posición final, en el podio, hablando, saludando a Nico, yéndose a otra parte a disfrutar de su champagne. "Disfrutar", porque hoy ha disfrutado poco de la parte final de su GP particular.
¿Tendrá consecuencias por parte del piloto?, creo que hablando como personas todo podrá arreglarse. Lewis, el gran derrotado por culpa de su equipo tras una carrera sin peros, Nico, gran vencedor siempre con humildad "hoy la mereció él" dijo en la rueda de prensa.
Vettel, el invitado con abono. Ninguna sorpresa.
Pero han pasado más cosas a parte de esto, como otro abandono más de Alonso cuando tenía los puntos, esta vez su caja de cambios dijo adiós. Paciencia, paciencia. Confianza, confianza.
Button sí puntuó y menos mal, ya era hora. Mclaren-Honda estrena su casillero con 4 puntos que han costado y mucho.
A Williams hoy no le salieron las cosas bien, más temperatura en el asfalto no ha servido e incluso han tenido que pasar por boxes por daños en sus monoplazas. Canadá les regalará un mejor resultado o eso esperan.
Red Bull hoy sí se ha lucido. Kvyat ha llegado cuarto a meta tras una gran carrera, Ricciarto, quinto. Mérito tiene, este equipo lo necesitaba. Un mal año, dos concretamente. Todo lo que sube, baja, dicen.
Force India, carreras distintas. Sergio, eufórico por su séptima plaza, orgulloso del trabajo en conjunto. Hulkenberg, decepcionado por el toque con Alonso que no le permitió hacer nada desde que tuvo que pasar por boxes.
Toro Rosso, los dos pilotos volando. Uno casi por encima de Grosjean hacia las protecciones de seguridad, el otro por la pista. Un punto para Carlos, 0 para Max. Paciencia vs ímpetu.
Raikkonen, por detrás de la estrella alemana, de su compañero y de los Red Bull.
Sauber, pesca dos puntos con Nasr. Ericsson ni se encontró durante la carrera.
Merhi ganó a Stevens usando los doblados. Inteligente.
¿La Fórmula 1 aburrida?, vuelve a ver la carrera de Mónaco.
Los 3300 metros de pista monegasca no han dejado indiferentes a nadie, han jugado malas pasada a unos y buenas a otros.
Tras 6 carreras, 1/3 del mundial disputado, Rosberg se ha acercado a Hamilton pero está por ver que pueda mantener el nivel del inglés porque el de Steveneage ha sido superior todo el fin de semana, salvo las vueltas finales de la carrera porque su equipo erró en el cálculo.
Llega Canadá, donde el año pasado los pilotos de Mercedes tuvieron una bonita e intensa lucha que terminó con el retiro del inglés y el segundo puesto del alemán.
En Mercedes la lucha la tienen dentro del box, sus coches funcionan, sus pilotos también. La rivalidad puede ser como una granada incendiaria. Sólo falta alguien que la lance.
Mientras, en Ferrari van sumando puntos con los podios regulares de Vettel y las actuaciones de Kimi.
En Woking con su discurso de siempre. Hablan de medios y largos plazos. Alonso dice "quiero un coche ganador para 2016", es decir, Mclaren-Honda, ponte las pilas. El sábado se le escapó una frase que fue mezcla de la frustración del momento con subconsciente.
El resto de los equipos a mejorar.
Mónaco dice adiós con la sombra de un piloto francés caminando por sus calles, con la mirada encendida, con su talento, su alegría, su sonrisa, señala a sus amigos y su nombre es repetido millones de veces en todo el mundo.
El muro de los campeones de Montréal te invita a acariciarlo si te atreves.
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