HUNGRÍA
2006
El
relato de hoy es una narración de talento y habilidad en condiciones
adversas, de brillantez.
Nos
situamos en Hungría, en el Hungaroring, donde se iba a celebrar una
carrera en mojado tras 25 años sin tener una en estas condiciones.
Dos
pilotos destacaban: Alonso y Schumacher, afortunadamente nos habian
brindado ya grandes batallas y habíamos podido disfrutar de pura
batalla de fuerza de talento que surge contra ya consolidado.
Como
decía, la carrera comenzaba en mojado y los dos pilotos salian 11º
(el alemán) y 15º (el asturiano). Posiciones retrasadas por sendas
penalizaciones por conductas antideportivas en los entrenamientos
libres.
La
salida se da y un impresionante De la Rosa casi se pone primero. Por
detrás, en medio de una nube de spray en la que apenas se ve a
nadie, Alonso está arinconado y Michael en medio de todos buscando
espacio.
Mientras
Schumacher en apenas unas vueltas se coloca 4º, Alonso, rápido como
una centella subía puestos hasta tal punto que en apenas unas
vueltas ya era séptimo.
Sólo
un par de vueltas más tarde llega la primera delicia para los
aficionados cuando el español le mete un hachazo brutal a Massa en
la curva 16, dejándolo clavado y mirando hacia quien sabe donde.
La
segunda delicia, más especial y más increíble se produce apenas
una vuelta después cuando Alonso pasa por fuera, por donde menos
tracción hay, en la curva 5 al todopoderoso Michael dejándolo
clavado como a su compañero. En ese Todt se levanta alarmado de su
asiento en el muro de Ferrari con su inseperable rebequita de lana
viendo cómo el español alcanza la cabeza de la carrera, posición
en la que permanecería hasta un rato más tarde.
Mientras
Schumacher se pega con pilotos que Alonso ya ha pasado hace rato y ni
de lejos tiene el ritmo.
Se
producen las paradas y el orden de carrera no varía demasiado hasta
que más allá de la mitad de la carrera deja de llover y la pista
comienza a secarse.
Button,
que a río revuelto siempre pesca, se encarama al segundo puesto, por
detrás de Alonso y aunque está a distancia del español, con la
pista secándose encuentra un ritmo que Alonso no y comienza a
recortarle distancia de forma significativa.
Entonces
se produce el desastre cuando, inmediatamente tras la última parada
para poner neumáticos secos, una tuerca mal ajustada le hace salirse
de pista y abandonar en la escapatoria de la curva 2.
En
ese momento Button se coloca primero, puesto que ya no perdería
hasta el final y el Kaiser, con las ruedas destrozadas y la dirección
rota, abandona a tres vueltas del final no sin antes protagonizar con
De la Rosa una batalla bonita pero de dudosa legalidad que termina
perdiendo.
El
alemán termina cogiendo un punto por la descalificación del
debutante Kubica y recorta la distancia que le separa de su máximo
rival hasta dejarla en 10.
El
español había bordado la carrera pero no puede hacer otra cosa que
resignarse. De la Rosa puede sentirse orgulloso de haber conseguido
un podio increíble en F1 luchando contra el heptacampeón
Schumacher.
Button
gana por fin una carrera en la competición y sus ojos se abren como
platos en el parque cerrado cuando entiende qué ha logrado.
Este
es el relato de dos fuerzas que lucharon en una carrera complicada
que ninguno se llevó, en la que el español demostró cuánto vale,
por qué es campeón del mundo y por qué está tan bien considerado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario