Los mecánicos se retiran, estás a punto de entrar en acción. Los coches de delante, de uno en uno van saliendo, en una procesión que comenzará detrás del coche de seguridad.
Cuando al director de carrera le parece oportuno que la seguridad en el circuito es remotamente aceptable, da la orden de que la carrera comience. Empiezas a acelerar como si no hubiera mañana, ahora y más que nunca hay que tener mucho cuidado.
Pasan las vueltas, ya ha transcurrido más de la mitad del gran premio. Un coche se ha salido justo antes de la curva 8, ondean las banderas amarillas, hay que tener precaución...
.. de repente, los aficionados observan como un coche viaja a toda velocidad sin control por la hierba, directo a una grúa que estaba sacando a otro vehículo que ya había abandonado el GP.
Y se produce el desastre, una tragedia que nos congeló la mente y el corazón. Fueron unos meses duros, el mundo de la F-1 estaba pendiente de él (así como de otros que han tenido más suerte y se recuperan).
Cuando la carrera más importante de su vida le venció, 21 años después de aquel fin de semana marcado con una cruz negra en la historia de la Fórmula 1, volvió a repetirse la tragedia.
A pesar de todas las medidas de seguridad, ocurrió de nuevo. El azar y la casualidad jugaron en su contra. Es un juego muy peligroso y durante 9 meses los pilotos juegan a él, sabiendo que se enfrentan a la muerte, la mayoría gana el juego, él no pudo.
Pensar que ha pasado casi un año de aquel accidente pone los pelos de punta, será duro volver al circuito donde ocurrió. Será duro para todo el mundo del deporte y en especial para sus compañero de profesión. Pilotar por la curva donde recorrió sus últimos metros.
Todos le recuerdan, todos le echan de menos. Tú diste todo por el deporte pero él te falló a ti, imperdonable pero otros perecieron en las pistas también. Tú eres tan grande como todos ellos, sólo por tener el valor de sentarte, bajarte la visera y enfrentarte a uno de los mayores riesgos que existen.
Nada fue igual desde la primera muerte en este deporte y seguirá sin serlo tras la última, son cosas producto de la mala suerte muchas veces. Está claro que este domingo Japón deberá rendir un homenaje al último caballero que osó enfrentarse a este mundo y dejó su legado en el intento.
Suzuka y el mundo de la F-1 está bajo tus pies Jules Bianchi.
Vía @tgruener |
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