El hijo de Michael Schumacher, Mick Schumacher, progresa adecuadamente en su proceso de formación de la competición de automóviles. Después de haber sido subcampeón en categorías de kárting, en la competición mundial junior y en un torneo alemán, se ha subido a coches más veloces, concretamente un F4, que ya ha testado en Montmeló y en Cheste.
El hijo del heptacampeón del mundo parece que progresa poco a poco en este complejo y competitivo mundo de las carreras y habiendo demostrado que tiene el temperamento de su padre, es de suponer que también logre éxitos cuando le llegue el momento.
En Cheste no estuvo solo puesto que había más jóvenes probando monoplazas pero seguro que la experiencia fue valiosa para él y que lo dará todo para estar en unos años en Fórmula 1.
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