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domingo, 16 de noviembre de 2014

Relatos F1, segunda parte.

HUNGRÍA 2006

El relato de hoy es una narración de talento y habilidad en condiciones adversas, de brillantez.

Nos situamos en Hungría, en el Hungaroring, donde se iba a celebrar una carrera en mojado tras 25 años sin tener una en estas condiciones.

Dos pilotos destacaban: Alonso y Schumacher, afortunadamente nos habian brindado ya grandes batallas y habíamos podido disfrutar de pura batalla de fuerza de talento que surge contra ya consolidado.

Como decía, la carrera comenzaba en mojado y los dos pilotos salian 11º (el alemán) y 15º (el asturiano). Posiciones retrasadas por sendas penalizaciones por conductas antideportivas en los entrenamientos libres.

La salida se da y un impresionante De la Rosa casi se pone primero. Por detrás, en medio de una nube de spray en la que apenas se ve a nadie, Alonso está arinconado y Michael en medio de todos buscando espacio.

Mientras Schumacher en apenas unas vueltas se coloca 4º, Alonso, rápido como una centella subía puestos hasta tal punto que en apenas unas vueltas ya era séptimo.

Sólo un par de vueltas más tarde llega la primera delicia para los aficionados cuando el español le mete un hachazo brutal a Massa en la curva 16, dejándolo clavado y mirando hacia quien sabe donde.

La segunda delicia, más especial y más increíble se produce apenas una vuelta después cuando Alonso pasa por fuera, por donde menos tracción hay, en la curva 5 al todopoderoso Michael dejándolo clavado como a su compañero. En ese Todt se levanta alarmado de su asiento en el muro de Ferrari con su inseperable rebequita de lana viendo cómo el español alcanza la cabeza de la carrera, posición en la que permanecería hasta un rato más tarde.

Mientras Schumacher se pega con pilotos que Alonso ya ha pasado hace rato y ni de lejos tiene el ritmo.

Se producen las paradas y el orden de carrera no varía demasiado hasta que más allá de la mitad de la carrera deja de llover y la pista comienza a secarse.

Button, que a río revuelto siempre pesca, se encarama al segundo puesto, por detrás de Alonso y aunque está a distancia del español, con la pista secándose encuentra un ritmo que Alonso no y comienza a recortarle distancia de forma significativa.

Entonces se produce el desastre cuando, inmediatamente tras la última parada para poner neumáticos secos, una tuerca mal ajustada le hace salirse de pista y abandonar en la escapatoria de la curva 2.

En ese momento Button se coloca primero, puesto que ya no perdería hasta el final y el Kaiser, con las ruedas destrozadas y la dirección rota, abandona a tres vueltas del final no sin antes protagonizar con De la Rosa una batalla bonita pero de dudosa legalidad que termina perdiendo.

El alemán termina cogiendo un punto por la descalificación del debutante Kubica y recorta la distancia que le separa de su máximo rival hasta dejarla en 10.

El español había bordado la carrera pero no puede hacer otra cosa que resignarse. De la Rosa puede sentirse orgulloso de haber conseguido un podio increíble en F1 luchando contra el heptacampeón Schumacher.

Button gana por fin una carrera en la competición y sus ojos se abren como platos en el parque cerrado cuando entiende qué ha logrado.


Este es el relato de dos fuerzas que lucharon en una carrera complicada que ninguno se llevó, en la que el español demostró cuánto vale, por qué es campeón del mundo y por qué está tan bien considerado.

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