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martes, 19 de mayo de 2015

F1 GP Mónaco 2015: Previo.



Pregunta a cualquier piloto, mecánico, ingeniero, jefes de equipo e incluso al aficionado, vaya o no a presenciar esta carreras en vivo, lo cual es todo un lujo, por cierto.

Da igual a quien te dirijas, todos hablan bien de Montecarlo. Una de las citas más prestigiosas del calendario de la Fórmula 1 que ha estado presente en casi todas las temporadas de su historia, pero a pesar de las pocas veces que no ha estado en ella, es una cita mágica, una cita una única.

Todos quieren verla y los pilotos desean disputarla. Quizá sea porque es algo de otro mundo, porque sus barreras, que encierran a los pilotos como si de una ratonera se tratara, sientan algo especial, un cosquilleo en el estómago...

... subes marchas, quieres que la recta de meta acabe cuanto antes y lo va a hacer en unos pocos cientos de metros más. Reduces, Santa Devota, es mejor no bloquear aquí o, como en cualquier parte del circuito (no es como otros ni mucho menos) la vuelta se irá al traste.

Pasar las primera curva subiéndote por el piano, salvas el coche del muro de neumáticos que está a unos centímetros. Una pequeña subida, serpenteante, los muros silban a tu alrededor, la vista se nubla pero sabes lo que viene a continuación.

El traqueteo del coche es interminable y tus manos, decididas a girar el volante en unos segundos, no deben vacilar porque Mónaco no perdona.

Giras rápidamente a izquierdas y vuelves a girar a la derecha: Casino. Aquí hay un bache muy majo que es mejor evitar directamente, sigues bajando. Mirabeuau, un delicado giro a derechas con una pequeña escapatoria si te vas recto, puedes bloquear y luego trompear para salvarte de un choque. Algunos lo han hecho.




Y llegas a una de las zonas más emblemáticas del mundial, la esencia de Montecarlo, el giro más cerrado del mundial, el motivo por el que el ángulo de giro del volante aquí es el más amplio del calendario. 

Giras todo lo que puedes el volante y rezas para que no haya nadie aquí atascado o será el final de la aventura.

En este punto algunos osados se atreven a adelantar aunque algunos sin aciertos, otros ni lo intentan.




Unos muros de piedra, altos, te dan la bienvenida a Portier, dos giros de derechas antes de entrar en el túnel.

Es como abrir y cerrar los ojos. Entras, sales. A fondo, giras suavemente. A veces los coches salen enteros pero a veces no, que se lo digan a Fernando Alonso o a otros pilotos que no terminaron bien aquí.

Aunque las viseras tratan de evitar que el cambio de luminosidad aquí no te moleste, la luz del solo te recuerda donde estás, los baches en esta pista son interminables y precisamente en este punto peligrosos porque te pueden desestabilizar el coche y, como le pasó a Raikkonen en 2008, te cargas la carrera de otro piloto.

La chicane, izquierda-derecha y volante recto, a fondo, aceleras sin fin hasta que llegas a Tabac, una curva un poco traicionera, como ya le pasó a Ralph, el hermano del heptacampeón, que terminó aquí un poco mal.

Es un giro rápido que desemboca en la Piscina, una chicane súper rápida en la que algunos entran cruzados. Aquí se montó una buena al final de carrera hace unos años. Cuando pensábamos que la carrera terminaría calmada, unos cuatro ó cinco coches se amontonaron aquí.




Otra pequeña chicane tras la de la Piscina, acelerar hasta llegar a la Rascasse. En 2006 Michael aparcó su coche de forma descarada pero no le sirvió de nada. Un punto difícil si alguien obstruye la trazada. Aquí los dos HRT jugaron a los bolos.

Doble giro a la derecha, los neumáticos prácticamente rozan las barreras de la última curva y ahora aceleras para que la recta sea lo más corta posible. Línea de meta.

Mónaco y sus barreras han visto muchas cosas, guardan muchos secretos, en lluvia, en seco.

Aquí han comenzado polémicas y ha habido disputas. Aquí alguien de quien nos acordamos mucho consiguió los dos únicos puntos de Marussia.

Aquí presenciamos la remontada de un español, 18 puestos en apenas 30 vueltas.

Ha habido carreras locas como la del 1996 y 2008 y un grande los grandes fue capaz de ganar 6 veces seguidas, récord intacto a día de hoy.

Varios pilotos acumulan dos seguidas, como Rosberg, Fernando o el mismísimo Schumacher.

Los barcos, aparcados en sitios de lujo, sus dueños e invitados, que miran a los cochecitos de colores pasar rápida delante de ellos, quien sabe si por verdadera afición o por que se lo pueden permitir.

Si crees que aquí te puedes equivocar, las barreras de Montecarlo te van a devolver a la realidad.

Si crees que eres el mejor, Mónaco te reta a demostrarlo.

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